martes, 4 de agosto de 2009

YUSPIQUE

Agua pensativa e inmutable
El gran Titikaka en los extremos más australes del Perú en el límite con Bolivia luce bellos paisajes poblados por gente buena y laboriosa. Ahí surge, como surgió la mítica leyenda fundativa del imperio incaico, Anapia y sus islas que ofrecen a los visitantes paz y remanso incomparables.
La Asociación de Desarrollo de Turismo Sostenible ADETURS, ofrece una experiencia de Turismo Vivencial y Naturaleza. Partiendo de Punta Hermosa se arriba a la isla Yuspique, para merendar una deliciosa “huatia con pejerreyes del lago a la olla” y observar vicuñas con el telón de fondo de altivos nevados. Luego se navega en veleros a la isla de Anapia que dispone de 12 casa de alojamiento distribuidas en un pueblecito rural que como un hotel de gran capacidad puede albergar cómodamente a casi 50 personas por noche.
Anapia es una experiencia inolvidable por la sensación de paz y silencio convincente y transportador que irradia.
¿Cómo Llegar?
Saliendo de la ciudad de Puno se recorre la Panamericana Sur hasta Juli y ahí en agradable sucesión de paisajes se transita por Challapampa, luego Pomata hasta arribar a Yunguyo, donde se cruza el istmo del mismo nombre para viajar mirando el lago de Wiñaymarqa y transitar las orillas peruanas de la península de Copacabana. Se cruza Ollaraya y Unicachi hasta arribar a Punta Hermosa. Desde allí el viaje es por el lago en cómodas y seguras lanchas a motor.

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