El "Imperio de los Incas" (1) que estuvo en proceso de consolidación, fue exterminado y esclavizado por el colonizador "español", pues la población "del Imperio Incaico, conforme a cálculos prudentes, no era menor de diez millones. Hay quienes la hacen subir a doce y aun a quince millones" (2) y "podemos señalar que disminuyó aproximadamente en un 75% hacia 1561" (3); y "entre 1821-1823, en los países de Perú, Ecuador y Bolivia, el 90% de la población eran siervos indígenas" (4); habiéndose suprimido el tributo indígena en el Perú, recién durante el gobierno de Ramón Castilla en 1854.
Genialmente, José Carlos Mariátegui publica sobre "El problema de la tierra", en los 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, donde establece que el problema del indio es "fundamentalmente económico", afirmando que "No nos contentamos con reivindicar el derecho del indio a la educación, a la cultura, al progreso, al amor y al cielo. Comenzamos por reivindicar, categóricamente, su derecho a la tierra" (5).
Sin embargo, José María Arguedas señaló que las "luchas sociales tienen un trasfondo no sólo económico, en un país como el nuestro, sino un denso trasfondo cultural" (6).
Siendo así, nos preguntamos ¿Por qué a través de la historia el indígena peruano ha sido y es invisibilizado?, entonces ¿Qué pasó y en que parte del tiempo se detuvo la lucha del reconocimiento y respeto del indígena peruano?. Difícil saberlo. Lo cierto es que hay indígenas pero no hay emergencia indígena, existiendo más bien en todo los discursos del poder, especialmente por parte de la derecha y de la izquierda, una negación sistemática de invisibilizar al indígena peruano, bajo un ventrículo solapado, por un lado de pregonar la igualdad de todos ante la ley (sin distinguir a los indígenas) y, por otro lado, aislarlos en los barrios marginales (en la costa) en las gélidas punas (en la sierra) y en la inhóspita amazonía (en la selva), en donde no llega los servicios básicos por parte del Estado ni mucho menos existe desarrollo, dado que los principales ejes del desarrollo colonial, se encuentran concentrado en las principales capitales de los departamentos de la costa, especialmente Lima (capital del Perú).
En el Perú la mayor parte de la etapa Republicana estuvo gobernado por el Militarismo, "la mitad de los 22 gobiernos democráticos del Perú en sus 180 años de independencia han sido depuestos por golpes militaristas" (7), motivo por el cual entre otros, no se ha consolidado un Estado moderno (occidental) a fin de que se pueda desarrollar la democracia, puesto que quienes ostentaban el "poder" nunca tuvieron vocación de descolonizar la sociedad peruana.
En la década de los setenta del siglo pasado, se impuso en el Perú (1969) la dictadura militar del general Juan Velazco Alvarado, dictándose en dicho régimen el Decreto Ley 17716, sobre reforma agraria, a fin de entregar "la tierra a quien la trabaja", pero la reforma agraria "acabó con el Perú feudal, hizo desaparecer el gamonalismo e instituciones aborrecibles como la servidumbre y el pongaje (...), no mejoró la condición del campesino" (8), o sea con dicha reforma, se abordó el problema indígena en forma parcial bajo la denominación velada del campesinado, invisibilizándose así por enésima vez, el problema del indígena como sujeto de derecho y su inclusión a un país multicultural negado sistemáticamente por el poder.
Posteriormente tenemos algo más dramático que se pondría en escena en el Perú, en razón a que "Sendero Luminoso –PCP/SL- inició sus acciones armadas el 17 de mayo de 1980, (…) en el pequeño poblado ayacuchano de Chuschi" (9); hecho que activamente se ha prolongado hasta el año 2000, período en el cual se "estima que la cifra más probable de víctimas fatales de la violencia es de 69,280 personas.1 (sic) Estas cifras superan el número de pérdidas humanas sufridas por el Perú en todas las guerras externas y guerras civiles ocurridas en sus 182 años de vida independiente" (10), además que debe tenerse presente que la Comisión de la Verdad y la Reconciliación "ha constatado que la población campesina entiéndase población indígena fue la principal víctima de la violencia. De la totalidad de víctimas reportadas, el 79 por ciento vivía en zonas rurales y el 56 por ciento se ocupaba en actividades agropecuarias" (11) , dado que en la realidad los que se vieron afectados eran los indígenas invisibilizados por el racismo de la guerra, por un lado, se tenía a los grupos terroristas de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, y por el otro lado, al terrorismo del Estado, y en el medio del enfrentamiento, estaba la población campesina-indígena de la sierra, que además fue víctima de la pobreza y sobre todo de su color de piel.
Entonces con esos dos hechos "contemporáneos", entre otros no menos relevantes, creemos que los indígenas peruanos se han visto mortalmente invisibilizados, lo que ratifica el fracaso del proceso de asimilación, por parte del sistema; a lo que se agrega que muchos indígenas por mejores condiciones de vida, se desplazaron del interior a las principales capitales de los departamentos, fundamentalmente a la capital del Perú, donde edificaron los Pueblos Jóvenes "por lo general en arenales, sin acceso a agua potable y sin condiciones urbanas de ninguna especie. Se fueron formando por la migración implacable de la sierra a la costa" (12); cuyas posteriores generaciones llamados cholos dieron lugar a la denominada "cultura chicha" (13), determinando una reinversión cultural.
Los "cholos", tampoco se sienten representados por el "Estado-Nación del Perú oficial", quienes por el contrario buscan ser nuevos sujetos de derecho y ser aceptados como tales, y es por eso que están construyendo su propio espacio, formando nuevos movimientos sociales, como son: microempresarios, trabajadores autónomos, trabajadores informales, vendedores ambulantes, comedores populares, emolienteros, lustrabotas, canillitas, taximotos, taxicholos, taxistas, y demás oficios múltiples, quienes desde sus trincheras interpelan a la democracia; pero debemos advertir que el pueblo peruano no es esencialmente indígena, pues desde la conquista española habían criollos (españoles nacidos en América) y mestizos (de padres español e indígena), asimismo no debemos olvidar los múltiples grupos étnicos de la selva, las migraciones compulsivas procedentes de África y después del Oriente; en fin "Somos muchas cosas y –a no angustiarnos— tal vez seamos indefinibles mediante una sola etiqueta globalizadora y homogenizante de peruanidad, cualquiera que ella fuera" (14), ojo sin perder de vista, que en el fondo los "cholos", siguen siendo indígenas, aunque el poder y los propios cholos no lo reconozcan como tales.
Entonces reflexionando sobre el mañana diremos, que "la suerte que tenga en el futuro el Movimiento Zapatista de Liberación Nacional en México será decisiva para otros movimientos que en países de fuerte composición indígena —como Guatemala, Nicaragua, Ecuador, Perú y Bolivia—" (15) desafíen el Estado-Nación que no los representa, dado que en estos "tiempos modernos actuales y venideros de este nuevo milenio, van a estar marcados por el resurgimiento abrumador y mayoritario de la indianidad, tanto en el Perú como en América Latina, como una vía obligada de búsqueda de la integración de sus nacionalidades" (16), ello seguro que se dará cuando se den las "condiciones históricas concretas".
Genialmente, José Carlos Mariátegui publica sobre "El problema de la tierra", en los 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, donde establece que el problema del indio es "fundamentalmente económico", afirmando que "No nos contentamos con reivindicar el derecho del indio a la educación, a la cultura, al progreso, al amor y al cielo. Comenzamos por reivindicar, categóricamente, su derecho a la tierra" (5).
Sin embargo, José María Arguedas señaló que las "luchas sociales tienen un trasfondo no sólo económico, en un país como el nuestro, sino un denso trasfondo cultural" (6).
Siendo así, nos preguntamos ¿Por qué a través de la historia el indígena peruano ha sido y es invisibilizado?, entonces ¿Qué pasó y en que parte del tiempo se detuvo la lucha del reconocimiento y respeto del indígena peruano?. Difícil saberlo. Lo cierto es que hay indígenas pero no hay emergencia indígena, existiendo más bien en todo los discursos del poder, especialmente por parte de la derecha y de la izquierda, una negación sistemática de invisibilizar al indígena peruano, bajo un ventrículo solapado, por un lado de pregonar la igualdad de todos ante la ley (sin distinguir a los indígenas) y, por otro lado, aislarlos en los barrios marginales (en la costa) en las gélidas punas (en la sierra) y en la inhóspita amazonía (en la selva), en donde no llega los servicios básicos por parte del Estado ni mucho menos existe desarrollo, dado que los principales ejes del desarrollo colonial, se encuentran concentrado en las principales capitales de los departamentos de la costa, especialmente Lima (capital del Perú).
En el Perú la mayor parte de la etapa Republicana estuvo gobernado por el Militarismo, "la mitad de los 22 gobiernos democráticos del Perú en sus 180 años de independencia han sido depuestos por golpes militaristas" (7), motivo por el cual entre otros, no se ha consolidado un Estado moderno (occidental) a fin de que se pueda desarrollar la democracia, puesto que quienes ostentaban el "poder" nunca tuvieron vocación de descolonizar la sociedad peruana.
En la década de los setenta del siglo pasado, se impuso en el Perú (1969) la dictadura militar del general Juan Velazco Alvarado, dictándose en dicho régimen el Decreto Ley 17716, sobre reforma agraria, a fin de entregar "la tierra a quien la trabaja", pero la reforma agraria "acabó con el Perú feudal, hizo desaparecer el gamonalismo e instituciones aborrecibles como la servidumbre y el pongaje (...), no mejoró la condición del campesino" (8), o sea con dicha reforma, se abordó el problema indígena en forma parcial bajo la denominación velada del campesinado, invisibilizándose así por enésima vez, el problema del indígena como sujeto de derecho y su inclusión a un país multicultural negado sistemáticamente por el poder.
Posteriormente tenemos algo más dramático que se pondría en escena en el Perú, en razón a que "Sendero Luminoso –PCP/SL- inició sus acciones armadas el 17 de mayo de 1980, (…) en el pequeño poblado ayacuchano de Chuschi" (9); hecho que activamente se ha prolongado hasta el año 2000, período en el cual se "estima que la cifra más probable de víctimas fatales de la violencia es de 69,280 personas.1 (sic) Estas cifras superan el número de pérdidas humanas sufridas por el Perú en todas las guerras externas y guerras civiles ocurridas en sus 182 años de vida independiente" (10), además que debe tenerse presente que la Comisión de la Verdad y la Reconciliación "ha constatado que la población campesina entiéndase población indígena fue la principal víctima de la violencia. De la totalidad de víctimas reportadas, el 79 por ciento vivía en zonas rurales y el 56 por ciento se ocupaba en actividades agropecuarias" (11) , dado que en la realidad los que se vieron afectados eran los indígenas invisibilizados por el racismo de la guerra, por un lado, se tenía a los grupos terroristas de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, y por el otro lado, al terrorismo del Estado, y en el medio del enfrentamiento, estaba la población campesina-indígena de la sierra, que además fue víctima de la pobreza y sobre todo de su color de piel.
Entonces con esos dos hechos "contemporáneos", entre otros no menos relevantes, creemos que los indígenas peruanos se han visto mortalmente invisibilizados, lo que ratifica el fracaso del proceso de asimilación, por parte del sistema; a lo que se agrega que muchos indígenas por mejores condiciones de vida, se desplazaron del interior a las principales capitales de los departamentos, fundamentalmente a la capital del Perú, donde edificaron los Pueblos Jóvenes "por lo general en arenales, sin acceso a agua potable y sin condiciones urbanas de ninguna especie. Se fueron formando por la migración implacable de la sierra a la costa" (12); cuyas posteriores generaciones llamados cholos dieron lugar a la denominada "cultura chicha" (13), determinando una reinversión cultural.
Los "cholos", tampoco se sienten representados por el "Estado-Nación del Perú oficial", quienes por el contrario buscan ser nuevos sujetos de derecho y ser aceptados como tales, y es por eso que están construyendo su propio espacio, formando nuevos movimientos sociales, como son: microempresarios, trabajadores autónomos, trabajadores informales, vendedores ambulantes, comedores populares, emolienteros, lustrabotas, canillitas, taximotos, taxicholos, taxistas, y demás oficios múltiples, quienes desde sus trincheras interpelan a la democracia; pero debemos advertir que el pueblo peruano no es esencialmente indígena, pues desde la conquista española habían criollos (españoles nacidos en América) y mestizos (de padres español e indígena), asimismo no debemos olvidar los múltiples grupos étnicos de la selva, las migraciones compulsivas procedentes de África y después del Oriente; en fin "Somos muchas cosas y –a no angustiarnos— tal vez seamos indefinibles mediante una sola etiqueta globalizadora y homogenizante de peruanidad, cualquiera que ella fuera" (14), ojo sin perder de vista, que en el fondo los "cholos", siguen siendo indígenas, aunque el poder y los propios cholos no lo reconozcan como tales.
Entonces reflexionando sobre el mañana diremos, que "la suerte que tenga en el futuro el Movimiento Zapatista de Liberación Nacional en México será decisiva para otros movimientos que en países de fuerte composición indígena —como Guatemala, Nicaragua, Ecuador, Perú y Bolivia—" (15) desafíen el Estado-Nación que no los representa, dado que en estos "tiempos modernos actuales y venideros de este nuevo milenio, van a estar marcados por el resurgimiento abrumador y mayoritario de la indianidad, tanto en el Perú como en América Latina, como una vía obligada de búsqueda de la integración de sus nacionalidades" (16), ello seguro que se dará cuando se den las "condiciones históricas concretas".