martes, 25 de agosto de 2009

CARTAVIO

Cartavio es una ciudad ubicada en la margen izquierda del río Chicama, en el valle que lleva el mismo nombre, tiene una población entre 20 y 30 mil habitantes, su ubicación geográfica lo situa en el distrito de Santiago de Cao, provincia de Ascope, departamento La Libertad, en la costa norte del Perú.
Su ubicacion exacta es de 7º 53' de latitud sur, 79º 13' de longitud oeste y situado a una altura de 116 metros sobre el nivel del mar.
Su temperatura media anual es de 20.5 ºC aproximadamente, con una humedad relativa del 80%; el clima es cálido, con escasas lluvias en cualquier época del año, su cercania al mar acondiciona para que en el invierno existan neblinas.
La mayor parte del agua para consumo y cultivo procede del río Chicama y fuentes subterraneas, existiendo mas 200 pozos perforados dentro de los terrenos de la empresa azucarera.
Cartavio basa su economia en la agroindustria, siendo el principal cultivo (casi en un 100%) la Caña de Azúcar.
La ciudad se desarrollo a travez de la historia, en base al cultivo de la caña de azucar y al desarrollo del ingenio azucarero, que le permitió convertirse en el primer productor de azúcar en el país.
En la actualidad, el nuevo Complejo Agroindustrial Cartavio S.A. esta consiguiendo una producción de azucar que no era conseguida en muchos años.
Asi mismo Cartavio cuenta con el orgullo de fabricar uno de los licores de mayor prestigio a nivel nacional, el cual es el Ron Cartavio y particularmente menciono La Crema de Ron, el cual es de un sabor agradable como el vino pero de cuidado como el ron.




Al final de un polvoriento camino, a cuarenta minutos de la ciudad de Trujillo y bajo un sol atenazante que se rebela al otoño, se ubica la planta de elaboración de ron más antigua del Perú. Más allá de sus impecables muros, colindantes con el exquisito rumor que producen cientos de hectáreas de caña listas para la safra, se alza una construcción que poco tiene que ver, dada su modernidad, con aquella que en mayo de 1929 echara a andar la naciente destilería de ron de la compañía Británica Americana Grace Co.
Desde aquellos días muchos acontecimientos han moldeado a esta industria.
Los vaivenes empresariales producto de la inestabilidad en la economía y las frustraciones de la reforma agraria -de la que pronto se conmemorará tres décadas- echaron por la borda toda iniciativa de modernización.
En 1994, Cartavio era una empresa quebrada, con una pésima reputación en torno a la calidad de sus destilados y puesta a remate, consiguió remontar el fracaso cuando sus nuevos propietarios la dotaron de la tecnología necesaria para abrirse campo allí donde muy pocos se atrevían.
"En la actualidad, ron Cartavio no sólo ha ganado posiciones expectantes en el mercado interno sino que se exporta a España, Colombia y Centro América en un ejercicio expansivo importante para la industria de su género", afirma Mario Maggi, vicepresidente de Destilería Peruana.


Cuatro ingenios azucareros dan la melaza necesaria (1000 toneladas mensuales) para la elaboración del ron.
En esta destilería cualquier detalle acerca de la elaboración y añejamiento del ron es capaz de sorprender al más curtido habitué de bares y chinganas. 1000 toneladas de melaza, derivado directo de la caña de azúcar, son procesadas mensualmente -de lunes a domingo las 24 horas del día- y bajo supervisión computarizada para elaborar más de medio millón de cajas de ron al año. Dos robots PLC comandan las computadoras encargadas de monitorear que torres y calderas funcionen de acuerdo con el estándar establecido para dar con el aroma y sabor que Cartavio ha escogido para sus rones.
El control de calidad que incluye análisis sensoriales -cata incluida- y que podría alcoholizar al menos avisado, transcurre (vaya si no es un verdadero sacrificio) de la mano de la cordura. Luego de la complicada elaboración de alcoholes livianos y pesados, cuyas concentraciones y apropiadas combinaciones dotan de carácter al licor, el ron pasa a los barriles de añejamiento que habrá de depositarse en bodegas para un reposo de cuando menos dos años.


El añejamiento es otra historia. Las bodegas destinadas a esta sacra función generan un "ambiente" en el que cada uno de sus 30,000 barriles -de 200 y 500 litros- descansan plácidamente, protegidos del calcinante sol y demás humores que puedan perturbar su sueño.
Estos barriles de roble blanco, traídos desde décadas de Eslovenia, son el inmejorable habitáculo para que el ron alcance madurez y nobleza. Cuando irrumpimos en ella y deambulamos por sus laberínticos pasadizos, sobrecogidos por un aroma gratamente dulzón -similar al de cáscaras de plátanos rebozantes de miel-, Mario Maggi y Federico Schulz, gerente de planta, me advierten, susurrantes, del cuidado que hay que tener: "Silencio... el ron descansa... no nos atrevamos a perturbar su sueño", declaman uno tras otro.
Así irá envejeciendo entre dos y seis años y luego cruzará más de mil kilómetros hasta llegar a Tacna para ser embotellado. Son los trajines de una de las bebidas de mayor arraigo en el gusto popular y que en estos últimos tiempos ha logrado niveles de calidad que le permiten competir internacionalmente. De 1929 para acá mucho ha corrido -resacas incluidas- configurando bemoles que el tiempo y la experimentada mano de técnicos peruanos están empezando a borrar. Salud por ello.


Ron Cartavio cumplió 70 años.

Cartavio, el líder de los rones que participa en el mercado en general con el 60 %, incluyendo a los licores importados, cumplió 70 años de presencia y comercialización en el Perú, producido también ahora para el mercado internacional.
El ron se exporta a los países del área andina, España y los Estados Unidos, y está actualmente en proceso de localizar nuevos mercados para comercializar el producto peruano, reconocido internacionalmente por su calidad.
Según, el Ing. Mario Maggi, vice presidente ejecutivo de la empresa, Cartavio lidera los 3 mercados de rones en el Perú con sus productos: Ron Añejo (7 años), Gran Cartavio (3 años) y Blanco y Superior (2 años).
Sus actuales accionistas tomaron en 1994 la administración de la "unidad" de Ron Cartavio, convirtiéndola en una moderna empresa con una inversión hasta la fecha de más de US$ 8 millones.
Se adquirieron una nueva destilería, se mejoró la infraestructura, se reparó y construyó 15 bodegas, y se implementó 35,000 "barricas" para el añejamiento.
Del total de la producción, el 95 % se destina al mercado interno y el 5 % restante a la exportación.
Tiene convenios joint ventures con marcas mundiales con el whisky Chivas, Bacardi y Ron Cacique, entre otros.
Los Orígenes de Cartavio

Cartavio tiene su origen en las parcelas que fueran de don Melchor de Osorno, las que fueron incrementándose por heredad o por compra de tierras.
En el año de 1782 don Domingo Cartavio adquirió del visitador don Baltasar de Ocampo, 90 fanegas (59.4 has) que había recibido por falta de titulación de don Herrera y Valverde adquiridas por este a don Melchor de Osorno; y que al otórgasele otras tierras aledañas llego a tener la hacienda 314 fanegas (207.24 Has) propiedad a la que le dio el nombre de CARTAVIO.

Este fundo fue heredado por su viuda doña Juana Roldan de Cartavio, quien vendió posteriormente a don Valentín del Risco y Valverde y que al fallecer dejara esta propiedad en la administración de su esposa doña Isabel Alvarado del Risco y Valverde. En propiedad de ella los cultivos de caña llegaron a florecer.
A su muerte heredaron sus dos hijas, tocándole la hacienda Cartavio a doña Maria y Chiquitoy a doña Josefa las que al morir no dejaron herederos. Estas tierras fueron heredadas en calidad de albacea de la Testamentaria al canónigo José de Mercedes Vigo por ser pariente de Maria y Josefa, quien resulto ser además acreedor de la Testamentaria Risco y Alvarado reclamando el pago de lo adeudado por haber invertido en la conservación y fomento de los fundos y que al tener resolución judicial procedió al remate de los bienes.
Chiquitoy fue comprado por el general Iturregui por la suma de 3000 pesos, quedando Cartavio y Haciendo Arriba en poder del canónigo heredando después sus sobrinas , las señoritas Cortabarria, que a su vejez lo vendieron a don Guillermo Alzadora, quien perdió la hacienda al no poder pagar los créditos de la CASA GRACE en los albores de 1870.

Al culminar la guerra con Chile y restaurarse la paz en 1890; la subsidiaria de W. R. GRACE y CIA declara tener la hacienda Cartavio en propiedad con una extensión de 910 fanegas (606.6 Has) y un capital de 200,000 Libras Esterlinas.
El 27 de Julio de 1890 registraron en la ciudad de Trujillo la propiedad de Cartavio y Anexos con Escritura Publica, los señores Brothers Grace & CIA., pasando esta sociedad a tener dominio total de Buenos Aires (Cartavio).
En 1892 el dominio de Cartavio pasó a la Sociedad Cartavio Sugar Company Peru Ltda. de Londres, representada en Trujillo por José A. Lavalle y Pardo.
Posteriormente la Sociedad de Chicama Central Sugar Factory adquirió la propiedad de la oficina de Molienda y Beneficio de Caña del fundo Cartavio el 30 de Marzo de 1912.
Por escritura Publica del 20 de Julio de 1917 se constituyo la Compañía Agrícola Carabaillo donde uno de los principales accionistas era la firma W.R. Grace y CIA.
Con esta razón social la compañía continua operando hasta el 26 de Julio de 1961 en que se modifica por Cartavio S.A. propiedad de Grace hasta el 24 de Junio de 1969, en que se promulgo el decreto ley 17716 de Reforma Agraria.
Con la Reforma agraria también se afectaron los fundos de Chiclin, Chiquitoy, Sintuco y Salamanca, dando origen al reconocimiento oficial dela Cooperativa Agroindustrial Cartavio Ltda.. Nº 39, adjudicándosele un total de 16565 Has.

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