viernes, 21 de agosto de 2009

TINGO MARIA LA ENTRADA A LA SELVA



Cascada de santa Carmen en Tingo Maria

Las ciudades, como las personas o las casas tienen un olor particular que las hace recordables. Tingo Maria huele a fruta fresca y a café recién pasado. El calor que se desprende de la hospitalidad de su gente hace que el visitante se sienta como en casa.

A 10 horas de Lima en autobús, Tingo María es la capital de la provincia de Leoncio Prado del departamento de Huánuco, en la selva del Perú, aunque a ella también se puede acceder mediante vuelos que cubren la ruta Lima-Tingo Maria. Sus paisajes con su lujuriosa naturaleza junto al río Huallaga concitan un interés especial en los turistas. Uno de sus lugares más atractivos es el Parque Nacional de Tingo María, el cual ha sido creado para proteger la diversidad de plantas, animales y sus bellos paisajes como la Bella Durmiente, una cadena de montañas que según el imaginario popular simulan la silueta de una mujer recostada de espaldas en eterno descanso.

En las 18 mil hectáreas de este maravilloso parque se puede encontrar al gallito de las rocas, a los guácharos, loros, mariposas gigantes y cascadas. Es una zona poco promocionada pero con un enorme potencial ecoturístico que no ha sido explotado hasta el momento. Es el lugar apropiado para desarrollar turismo vivencial, para aquellos que buscan algo diferente.

Cueva de las lechuzas en Tingo Maria

La belleza de esta ciudad también radica en la serie de cataratas para realizar turismo de aventura como la de Cayumba o el Velo de la Novia. Una de las más visitadas es la catarata de San Miguel, que la diera a conocer el fotógrafo peruano Renzo Ucelli en una de sus visitas a esta zona. Tiene una altura de 100 metros y se encuentra a una hora del centro de la ciudad. De igual manera no se queda atrás la Laguna Los Milagros, en el caserío del mismo nombre a través de la Asociación Piscícola y Restauración Pukka Shungo. En este lugar los turistas pueden disfrutar de un placentero viaje en canoa por la laguna y contemplar la belleza del frondoso paisaje de la zona.

Asimismo, existe el circuito llamado la Media Luna donde se verán a una de las aves exóticas que solo se encuentran en este lugar conocida como el que debe su nombre a su olor similar al de los chanchos. Pero no solo belleza exótica y una vista majestuosa hacen de esta ciudad un destino imperdible en la selva sudamericana. La gastronomía ensalzada en sus platos emblemáticos como el tacacho, hecho a base de plátano machacado, manteca y sal, también de los exquisitos juanes y la cecina son perfectamente complementados con el refresco de aguajina, hechos a base del aguaje fruto de la zona.

Así como los exóticas y afrodisíacas bebidas selváticas como el “solita cae”, el “levántate Lázaro”, el , o el entre otros, nombres puestos por el imaginario popular.

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