jueves, 1 de octubre de 2009

ORIGEN DE LOS INCAS

El origen de los Incas sigue siendo uno de los más grandes misterios, lo poco que sabemos está basado en 2 leyendas las cuales llegaron oralmente a los oidos de los cronistas: las leyendas de Manco Capac y Mama Ocllo y la de los Hermanos Ayar
Las diversas informaciones proporcionadas por los cronistas de los siglos XVI y XVII permiten tener una idea de la forma como los incas explicaban los orígenes del Tahuantinsuyu. Los relatos recopilados por dichos autores remiten a un conjunto de antepasados, masculino y femeninos; entre los cuales destaca la figura de Manco Capac. Todos estos relatos dicen que dichos personajes originalmente habitaron en lugares alejados del valle del Cusco, lo que indica que se trataba de un grupo de conquistadores advenedizos. La llegada al Cusco de los grupos capitaneados par Manco Capac, en este sentido, es presentada como el fin de una larga peregrinación y de luchas interétnicas que tuvieron como propósito encontrar tierras propicias para la agricultura y Ia edificación de ciudades.
Existen varias versiones recogidas por los cronistas sobre el episodio original del pueblo inca. Seguramente la mas difundida es aquella compuesta por Gracilazo de la Vega, quien escribió acerca del mito de Manco Capac y Mama Ocllo. El cronista mestizo cuenta que tras emerger de las aguas del ago Titicaca, la pareja mítica se dirigió hacia el norte con el objetivo de encontrar el valle donde fundarían un gran estado. Esta fue la promesa que les había hecho su padre mítico, el dios Sol.
En su larga caminata, la pareja de hermanos arribó al pueblo de Pacarec Tampu o Pacarictambo- la posada del amanecer — donde pasaron una noche en el interior cueva. Al dia siguiente, Manco Cápac ordeno a sus seguidores poblar este lugar, por haberles servido como refugio. No obstante su largo peregrinaje no habría de terminar alli, siguiendo, siempre en dirección norte, continuaron con la caminata y Ilegaron al cerro Huanacari, que se yergue sobre el valle del Cusco, cerca de donde se hallaba asentada entonces la primitiva aldea de Acamama. En este lugar, la vara mágica que portaba Manco Capac, al ser lanzado con dirección al valle, se hundió en el terreno, indicando con ello el Sol, había reservado para la pareja mítica. Asentados en el valle, los hermanos fueron reverenciados coma hijos del Sol y llamaron inmediatamente la atención por sus conocimientos y habilidades. Los naturales del lugar los acogieron como sus gobernantes y aceptaron fundar con ellos un nuevo estado. Una vez realizado este acto fundacional Manco Cápac y Mama Ocllo instituyeron el orden, las ciencias y las artes, convirtiéndose en los héroes civilizadores de la región. Se dice que Manco Cápac reunió a todos los hombres y les enseño las artes de la guerra y la construcción de cana de riego y terrazas de cultivo. Mama Ocllo por su parte, convocó a las mujeres y las instruyo en el ate del tejido y Ia agricultura.
Esta versión posee elementos que nos hacen pensar que Gracilazo de la Vega, en realidad, habría transformado una tradición indígena con elementos especialmente dirigidos para llamar la atención de sus lectores europeos. En la versión garcilasiana, los héroes fundadores cusqueños son presentados como los grandes civilizadotes del mundo andino, responsables de haber sacado de la barbarie a los pueblos que antecedieron a la fundación del Cusco, Garacilaso – descendiente de los incas por vía materna – proyecto una imagen idealizada del Tahuantinsuyu, presentándolo como una sociedad política y económicamente bien organizada, donde no se conocían el hambre ni la escasez; mas bien, se vivía en función de la explotación racional de los recursos de una justa distribución de la riqueza.
Se sabe perfectamente ahora, gracias a las recientes investigaciones realizadas acerca del mundo andino, que la cultura en esta región es milenaria y que no existió el estado de barbarie que Gracilazo atribuye a la época preincaica. Igualmente, se sabe que el estado inca, habiendo alcanzado un alto nivel de desarrollo afronto serios problemas sociales durante el tiempo en que estuvo vigente debido a las pugnas internas por el poder y a las dificultades propias de todo pueblo conquistador.
Manco Capac: El primer Inca
LOS OCHO HERMANOS AYAR
Existe también otra version del relato fundacional que es menos grandilocuente, pero al mismo tiempo, más andina. Se trata del mito de los hermanos Ayar, recogido por varios cronistas, entre los que podemos citar a Juan de Betanzos, Pedro Cieza de Leon, Felipe Guaman Poma, Juan Santa Cruz Pachacuti y Pedro Sarmiento de Gamboa.
La historia de los hermanos Ayar se inicia a seis leguas del Cusco, en el cerro Tambotoco ubicado cerca del antiguo pueblo de Pacarictambo, cuyo nombre quechua significa posada de Ia producción o posada del amanecer según diferentes interpretaciones. El cerro poseía tres cuevas o ventanas conocidas Maras Toco, Sutic Toco y Cápac Toco, de las cuales, según Ia tradición oral, aparecieron en forma espontánea los grupos étnicos Maras, Tampus y Ayar respectivamente. Los hermanos Ayar llevaban los siguientes nombres Ayar Uchu, Ayar Manco, Ayar Cachi y Ayar Auca. La onomástica de los tres primeros se encuentra claramente relacionada con los alimentos sumidos cotidianamente por los incas y parece evocar un viejo culto a Ia tierra y sus frutos.
Ayar, según el diccionario de Gonzales Holguin, significa quinua silvestre; probablemente se trate de la cañihua (Chenopodium pallidicaule aellen), cuya forma silvestre es conocida en Ia region del lago Titicaca come ayara o quitacañihua. Uchu corresponde al aji (Capsicum annuum); Manco a un antiguo cereal caído en desuso (Bromas mango) y Cachi a la sal, condimento de uso muy difundido en los Andes. El cuarto hermano, Ayar Auca, deriva su nombre de Ia actividad guerrera (auca, guerrero).
Estos cuatro varones del grupo de los Ayar, salieron de Cápac Toco acompañados de sus hermanas Mama Ocllo, Mama Raua cura o Cura y Mama Huaco, quien tendría una participación destacada durante la conquista del Cusco. Los ocho hermanos, junto a sus ayIlus, iniciaron Ia búsqueda del lugar apropiado donde establecerse, recorriendo de sur a norte punas y quebradas en el territorio que actualmente pertenece a la provincia cusqueña de Paruro. Si bien el relate de los Ayar presenta un grupo que deambula sin un lugar fijo de residencia, los personajes centrales nunca dejaron de realizar practicas agrícolas. Cuando los hermanos llegan a una localidad, se quedaban en ella cultivando por algunos años; una vez conseguidas sus cosechas, retomaban la marcha. El primer paradero fue el paraje de Guaynacancha, a cuatro leguas del Cusco. Alli, Mama Ocllo quedo encinta por obra De Ayar Manco.
Tras permanecer algún tiempo sembrando, pasaron a la localidad de Tamboquiro, donde nació el príncipe Sinchi Roca. El siguiente destino fue Pallata, donde residieron por varios años hasta que se trasladaron a Haysquisrro; en este último lugar se tramo una conspiración contra Ayar Cachi.
El temor que Cachi despertaba en sus hermanos – sus poderes mágicos le permitían derribar cerros y formar quebradas con un solo tiro de su onda- motivó que estos decidieran deshacerse rápidamente de él con engaños lo convencieron de que regresara a Tambotoco para recoger el napa (insignia del señorío), unos vasos de oro Ilamados topacusi y ciertas semillas que habían olvidado en Ia cueva Cápac Toco. Una vez que Ayar Cachi penetró en Ia cueva, un enviado de sus hermanos llamado Tambochacay cerró Ia entrada con bloques de piedra, quedando el mítico hondero atrapado para Siempre.
Los conspiradores continuaron Ia travesia por las serranias cordiileranas. Al Ilegar a Quirirmanta, al pie de un cerro, los Ayar celebraron un consejo, en el que decidieron que Ayar Manco, en cuanto se casara con Mama Ocllo, se convertiria en el jefe, y quo Ayar Uchu permanecería en ese Sitio transformado en una huaca principal Ilamada Huanacauri.
En el sistema do creencias andino Ia petrificación no era entendida como una desaparición o muerte; era una forma de sacralizar a un personaje. Al asumir una naturaleza lítica, Ayar Uchu se convertía en un ser sagrado un consejero quo permitía Ia comunicación entre el mundo celestial y el terrenal.
El viaje continuó hasta quo arribaron a Matagua, donde realizaron por primera vez la ceremonia del Huarachicuy —iniciación de los jóvenes nobles a la vida adulta , horadando las orejas del príncipe Sinchi Roca. Antes de abandonar el pueblo, la fortisima y diestra Mama Huaco, quien se constituía en uno de los principales caudillos del grupo, decidió probar suerte lanzando hacia el norte dos varas de oro; ellas indicarian si el terreno era propicio para asentarse. La primera de las varas cayó “a dos tiros de arcabuz —al decir de los cronistas— en Colcabamba, pero no logró penetrar en el suelo debido a su dureza; la segunda tuvo más suerte: tras caer en un terreno conocido como Guaynapata se hundió suavomente. Cabe señalar que aunque existen otras variantes del mito en las que se atribuye a Ayar Manco el lanzamiento del bastón fundacional, todas coinciden en señalar a Guaynapata como el lugar elegido para fundar el asentamiento de Ia capital inca.
Después de algunos intentos fallidos para Ilegar al paraje señalado por la vara todos ellos repelidos por Ia resistencia de los naturales, Ayar Manco ordenó a AyarAuca. el guerrero, que se adelantase y lo poblase en nombre de sus ayllus. Cumpliendo Ia orden de su hermano Manco, Ayar Auca voló hacia Guaynapata. En este lugar, al pisar un terreno cercano al que posteriormente ocuparía el Coricancha, el guerrero quedo convertido en piedra. Aquí nuevamente se hacen presentes elementos andinos en el relato: según creencias bastante difundidas en los andes, las huancas o piedras sagradas eran mojones que indicaban la toma de posesión de un lugar. Se entiende entonces que, al quedar petrificado, Ayar Auca representaba la ocupación efectiva del sitio elegido.
Finalmente tras algunos enfrentamientos con las poblaciones locales, Ayar Manco tomo posesión definitiva del lugar junto a los ayllus de sus hermanos. En ese momento cambió su nombre por el de Manco Capac.
Mama Ocllo


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