Registro único del complejo pasado de un pueblo, los restos arqueológicos de Chavín de Huantar se alzan desde la oscuridad de los tiempos para convertirse en un símbolo de la milenaria cultura nor-peruana. Ubicado a 3.185 msnm, y a sólo 3 horas de la ciudad de Huaraz, el centro mágico-religioso de Chavín fue construido aproximadamente en el año 1200 a.C. Sus muros son de piedra y sus estructuras piramidales, lo que ha generado controversia respecto a la función que habría tenido el edificio: ¿un templo?, ¿una fortaleza? .
Los lugareños suelen referirse al lugar como "el Castillo". La construcción presenta una compleja red de caminos y túneles de piedra únicamente iluminados por haces de luz que penetran a través de ductos estratégicamente dispuestos. En su interior aún pueden apreciarse el "Lanzón Monolítico" piedra tallada de cinco metros de alto en la que se observan feroces divinidades y monstruosas figuras antropomorfas, o las "Cabezas Clavas", suerte de centinelas enclavados en las murallas del castillo.
Chavín fue una de las primeras culturas americanas, coetánea de los Olmecas, en México. Es notable el nivel de desarrollo que alcanzaron en agricultura, arquitectura y cerámica, así como en su capacidad administrativa, lo que le permitió dominar gran parte del norte y el centro del Perú. Quizás en eso radica la importancia del castillo de Chavín de Huantar: en su ubicación estratégica como punto de contacto entre costa, sierra y selva. Para nosotros, sin embargo, los monumentales restos descubiertos en 1919 por el arqueólogo peruano Julio C. Tello, tienen el valor de ser una parte imprescindible de nuestra historia.
Los lugareños suelen referirse al lugar como "el Castillo". La construcción presenta una compleja red de caminos y túneles de piedra únicamente iluminados por haces de luz que penetran a través de ductos estratégicamente dispuestos. En su interior aún pueden apreciarse el "Lanzón Monolítico" piedra tallada de cinco metros de alto en la que se observan feroces divinidades y monstruosas figuras antropomorfas, o las "Cabezas Clavas", suerte de centinelas enclavados en las murallas del castillo.
Chavín fue una de las primeras culturas americanas, coetánea de los Olmecas, en México. Es notable el nivel de desarrollo que alcanzaron en agricultura, arquitectura y cerámica, así como en su capacidad administrativa, lo que le permitió dominar gran parte del norte y el centro del Perú. Quizás en eso radica la importancia del castillo de Chavín de Huantar: en su ubicación estratégica como punto de contacto entre costa, sierra y selva. Para nosotros, sin embargo, los monumentales restos descubiertos en 1919 por el arqueólogo peruano Julio C. Tello, tienen el valor de ser una parte imprescindible de nuestra historia.
Éste gran centro mágico, religioso está ubicado en el distrito de Chavín de Huantar, en la provincia de Huari, departamento de Ancash, Perú.
Se estima que Chavín de Huántar fue un gran centro ceremonial que gozó de prestigio y poder durante casi mil años. Sus reyes sacerdotes fueron expertos astrónomos a quienes acudían miles de peregrinos cada año consultando sus oráculos. Su poderosa influencia místico-cultural se ejerció sobre gran parte de la Costa y la Sierra, con el dios de Chavín “el jaguar” y sus modelos artísticos que fueron imitados en esa zona. La manera de representar el mundo mágico-religioso se traduce tanto en monolitos como en cabezas-clavas, además de piedras labradas y pulidas para revestir muros, con ornamentaciones de trazados curvilíneos y una fuerte tendencia a estilizar las figuras. Con representaciones de divinidades de diversa jerarquía, entre las que se destacan elementos humanos, felinos, aves y serpientes entrelazadas y combinados de manera característica que identifican el estilo Chavín.
El principal testimonio arquitectónico que se conserva de la cultura Chavín está integrado por un conjunto de varios edificios dispuestos en estructuras escalonadas y apoyados sobre plataformas superpuestas, que se distribuyen sobre espacios planos, donde se alojan plazas semisubterráneas y acompañadas por graderías.
cabezas-clavas en los muros
El Castillo o Templo Tardío es la estructura más importante, tiene una base cuadrangular de aproximadamente 70 metros de lado y está formado por tres pisos superpuestos de tamaño decreciente. Sus muros fueron realizados con piedras cortadas y adornados con cabezas-clavas. En su interior se encuentra una serie de galerías subterráneas que se entrecruzan formando un verdadero laberinto.
Lanzón Monolítico
Otra estructura importante pero bastante deteriorada es el Templo Temprano, más antiguo que el Templo Tardío y de menores dimensiones. En su interior también hay galerías subterráneas, y donde se ubica el “Lanzón Monolítico” una enorme escultura monolítica de 5 metros de altura, que se encuentra clavada en el piso y en el techo, y en la cual se observa esculpido en relieve, un rostro simbólico en el que se combinan formas de felino y serpiente.