domingo, 20 de septiembre de 2009

SACSAYHUAMAN Y LAS TRADICIONES INVENTADAS

Las “tradiciones inventadas” tienen una larga historia en el terreno del turismo. Son innumerables las fiestas y rituales del pasado que son revividos frente al interés demostrado por el mercado y los turistas. Un caso muy interesante es la celebración del Inti Raymi, que durante el imperio Inca era un ritual de celebración del emperador, para lo cual venían grupos de múltiples lugares. El genocidio desatado por los españoles desde ya terminó con la celebración, en nombre de imponer el cristianismo. Pero la fiesta fue revivida hacia 1947, como una manera de celebrar la “identidad” del Cusco, lo cual desde ya puede extenderse a una idea particular de “peruanidad”. Con el tiempo, la fiesta fue adquiriendo un costado cada vez más comercial y turístico, a tal punto que hoy una buena ubicación para ver el festival cuesta 70 dólares por lo menos.

Pero de acuerdo a la nota publicada por la revista limeña Caretas, nada menos que 100 mil personas concurren a la fiesta, y la mayoría de ellas se ubica fuera del lugar de ceremonias, Sacsayhuamán. El resultado es un creciente deterioro del lugar, que tras la celebración queda transformado en un verdadero basural, y que puede terminar sufriendo daños graves. Algo similar pasa en Machu Picchu, donde algunas de las paredes de la ciudadela están en peligro de derrumbe por el exceso de turistas.

Frente a estos problemas, la periodista autora de la nota, Teresina Muñoz-Nájar, se pregunta si ya no es necesario trasladar el festival hacia un lugar donde no dañe un patrimonio arqueológico. En tanto tradición inventada, más de uno pensará que el cambio no debería repercutir demasiado en la celebración, que guarda no más que un remoto parentesco con la original, ya que ni siquiera se celebraba en ese lugar. Pero por desgracia, lo más probable es que se siga haciendo en el lugar actual hasta que haya daños irreparables. Y eso parece ser la general de la ley en Cusco: con un camino del Inca casi devastado y Machu Picchui en problemas -sin contar las crónicas dificultades que se viven en Aguas Calientes- se acerca el momento de tomar decisiones que seguramente deberán decidir que privilegiar: el patrimonio histórico o la industria turística.

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