miércoles, 30 de septiembre de 2009

CASA VELARDE-ÁLVAREZ- AYACUCHO


Ayacucho (o Huamanga), ubicada en los Andes Centrales del Perú, es una ciudad que palpita historia. En las sierras de Ayacucho nació el imperio Wari, en cuya organización y caminos se basaron los incas para forjar su propio imperio. Numerosas iglesias y soberbias casonas dan cuenta de su importancia como enclave colonial, y fue aquí donde se selló la independencia de América en 1824. Los impresionantes paisajes de sus frías cordilleras encierran tradiciones longevas que perduran entre sus amables gentes, quienes al conversarnos, dibujan por momentos una mirada triste que evoca los violentos sucesos de un pasado reciente (los vínculos corresponden a blogs del prof. Arturo Gómez A.).




PUESTA EN VALOR DE LA CASA VELARDE-ÁLVAREZ.

Referencia histórica:


La ciudad de Huamanga fue fundada por Francisco Pizarro el 29 de enero de 1539 en la zona de Quinua-Huamanguilla. La bautizó como "San Juan de la Frontera de Guamanga", por ser zona limítrofe de guerra contra la resistencia de Manco Inca.

Debido a las inclemencias del clima frío, además de lo agreste del terreno y el hecho de encontrarse la zona densamente poblada por indígenas, a la presión del Teniente Gobernador Vasco de Guevara la villa fue trasladada al asiento denominado Pucaray el 25 de abril del siguiente año, según el acta de reubicación del Libro de Cabildo.

Posteriormente, en 1542, volvió a cambiar de nombre por el de "San Juan de la Victoria de Huamanga", luego de la Batalla de Chupas, donde las fuerzas leales al rey de España, dirigidas por el Comisionado Vaca de Castro, triunfan sobre las de Diego de Almagro "El Mozo".

La ciudad se fundó y pobló por razones militares y defensivas: para contener a los incas rebeldes que se hallaban en la zona de Vilcabamba, al Nor-Este de la localidad, y para guarecer a los transeúntes de la ruta Lima – Jauja - Cusco. Posteriormente, con las tratativas de paz que la Corona española sostuvo con los sucesores de Manco Inca y a medida que se organizaba el territorio andino según los intereses del imperio español, la función de la ciudad varió, convirtiéndose en un centro residencial y administrativo de su territorio contiguo.

Como toda ciudad española fundada en los Andes, Huamanga fue organizada bajo las disposiciones urbanísticas del damero, las cuales ya habían sido utilizadas en Gales en el siglo X y tienen sus antecedentes en las bastidas, ciudades fortificadas que se construyeron en el siglo XIII a raíz de las guerras de los albigenses en Francia (que a su vez corresponde a la tradición de la ciudad-campamento romana.) Éstas fueron difundidas en el “nuevo mundo” por los españoles a partir del siglo XVI.


En la Plaza Mayor se aprecia en la esquina conformada entre el Portal Unión y el Jr Asamblea un inmueble de características muy particulares, denominado casona Velarde Álvarez, por ser esta la última familia que poseyó el predio, antes de que en 1978 pasara a propiedad de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga. También es conocida por el nombre de Casa del General Domingo López del Pozo, Primer Marqués de Mozobamba, quien la adquiriera en 1725.


Las investigaciones han arrojado una serie de 15 propietarios entre el Marqués de Mozobamba y la Universidad de Huamanga, faltando todavía conseguir información de los propietarios precedentes que existieron entre la fundación de Huamanga, en 1539, y el Marqués de Mozobamba, en 1725.


Descripción de la Casona:

En algunos casos, como el de la Casa Velarde Álvarez, nos encontramos ante una casona con todas las connotaciones tipológicas propias de la vivienda virreinal en Huamanga, aunque también con elementos arquitectónicos muy especiales que la hacen particular dentro de su contexto, la preexistencia de una construcción prehispánica, el tamaño y suntuosidad con la que mandaron construir su morada los primeros españoles en esta región.

La edificación esta conformada por tres sectores claramente diferenciados entre sí. El primer sector y más antiguo, que le confiere al inmueble su condición de monumento conformado por las crujías que dan hacia la Plaza Mayor y el Jirón Asamblea. El segundo sector es una construcción de adobe de dos niveles emplazada hacia el lado oeste que es claramente un agregado reciente y sin mayor valor arquitectónico. El tercer sector, ubicado al lado norte del predio se encuentra un sector en ruinas, se pueden apreciar algunos cimientos y muros en mal estado de conservación.

La fachada principal hacia la Plaza Mayor presenta en el primer nivel una galería con arcos de piedra de tipo sillar propio de la localidad, y en el segundo nivel una galería con pies derechos de madera. El ingreso principal está flanqueado por muros de cantería al estilo inca, mostrando un elaborado trabajo de ensamble lítico realizado por mano indígena, pero claramente ejecutado en época virreinal; decimos esto por la forma del aparejo y la presencia de dos perforaciones posteriores en el muro pétreo, que permitían atravesar un madero y asegurar la puerta principal, sistema propio de la época hispana.

La puerta principal es de madera aliso, trabajada a mano y con azuela, adornada con clavos metálicos con cabezas de rosetones. A continuación, la puerta principal abre al gran zaguán con arco de piedra soportando rollizos de alisos y molles. El patio central que muestra un piso empedrado, por lo general en Ayacucho el patio es cuadrangular, abierto y a un nivel más bajo que las galerías o corredores que se construyen con columnas y arquerías de ladrillos o piedras.

Distribución del primer nivel


Columna con capitel de piedra en forma de puma


Como se indicó, hacia el lado oeste se encontró una edificación agregada de escaso valor arquitectónico, que una vez demolida mostró los restos de un muro de piedra de estilo inca que hoy se conserva y se puede apreciar completamente luego de los trabajos de restauración.

En el segundo nivel, también se presentan dos galerías interiores: la del sur con pies derechos de madera que descansan sobre bases de piedra muy típicas en Ayacucho y la del lado este, con pies derechos y zapatas muy decoradas con molduras y escamas pero sin bases de piedra, por lo que deducimos que ésta sea la más antigua. Hacia la Plaza Mayor también aparece una tercera galería exterior, con pies derechos pareados sobre bases de piedra, pero definitivamente de época más reciente como lo muestran las evidencias fotográficas.
En torno al primer patio se distribuye el conjunto de habitaciones. Con relación al eje del portón, hacia el fondo se encontraba el principal con cámaras y recámaras colindantes, estos salones eran los principales de la residencia y en ellos se desarrollaba la actividad social de los propietarios de la casa. En muchos casos, junto a estos salones principales se construía un ambiente dedicado al oratorio o capilla, con altar e imágenes de los principales santos; en nuestro caso este sector ya se encontró en ruinas por el colapso de la cubierta ocurrido el año 1996.

Es probable que del patio principal y a través de un pasadizo lateral, se ingresara a un segundo patio en el que se ubicaban los ambientes de servicio, como: cocina, despensa y caballerizas, así como los jardines, huertos y alojamiento para sirvientes.

Varias de las fuentes históricas y algunas evidencias físicas, refuerzan el planteamiento de que originalmente la casa Velarde Álvarez fue concebida sólo de un piso, añadiéndosele posteriormente la segunda planta. Esto explica el hecho de que en un inicio la propiedad debió haber sido más grande, comprendiendo incluso a la propiedad colindante de la familia Lahud, ya que durante el proceso de reparto de solares, se señala que se asignaron los predios por cuartos de manzana.

Esta hipótesis se refuerza por el hecho de haberse hallado vanos de puertas y ventanas que comunicaban ambas propiedades, y también por que se da el derecho de propiedad horizontal sobre dos ambientes del lado oeste. Adicionalmente, la escalera de piedra existente en la casa Velarde Álvarez debió ser añadida cuando se dividió el predio original.

Las casas que contaban con un segundo piso, como la de Velarde Álvarez, inicialmente comunicaban sus ambientes de manera interna, y luego pasaron a hacerlo mediante las galerías o espacios de comunicación externos, por lo que durante los trabajos de intervención se encontraron varios vanos tapiados entre los recintos, los mismos que en alguno que otro caso fueron reabiertos por requerimiento funcional de la adecuación al nuevo uso.


Estado previo a la restauración


Las Obras de Restauración:

El proyecto de restauración y adecuación a nuevo uso de la casona Velarde Álvarez se lleva a cabo mediante el acuerdo suscrito entre la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga y la Agencia Española de Cooperación Internacional. Constituye un proyecto piloto que forma parte de las intervenciones previstas en el marco de recuperación del Centro Histórico actualmente en proceso y que se lleva a cabo de manera conjunta con la Municipalidad Provincial de Huamanga, con el objetivo de contribuir al desarrollo local mediante la priorizacion de la inversión en cultura y patrimonio.


El trabajo de restauración es llevado adelante por el equipo profesional y técnico de Huamanga. Dentro de los criterios para la intervención se debe tener en cuenta que se trata tanto de rehabilitar la edificación y proporcionar las condiciones necesarias para que funcione como Centro Cultural de la Universidad. Por lo cual se plantea como integración a las galerías antiguas, la creación en los lados norte y oeste de nuevas galerías que dan hacia el patio utilizando pilares pareados metálicos recreados a parir de los existentes en la fachada de la casona. De esta manera se guarda la armonía del conjunto sin renunciar a la propuesta arquitectónica contemporánea respetuosa del la construcción que la antecede. Estas galerías implantadas permiten que entre ambas áreas (antigua y nueva) exista un transito fluido y una comunicación visual integradora.



En la parte antigua se ha propuesto principalmente el uso de salas de exposición temporal, así como el servicio de biblioteca y el administrativo. En los ambientes que comprenden la nueva construcción en el lado norte, se ubica en el primer nivel un amplio ambiente para Sala de Usos Múltiples dotado de servicios complementarios como vestidores y depósitos, mientras que el segundo se ha ubicado una cafetería con cocina, despensa y depósito.

Durante el proceso se ha tenido especial cuidado en restaurar la carpintería de madera así como los elementos líticos y la conservación de las pinturas murales existentes contando con profesionales y técnicos apropiados para cada especialidad.

La intención de mantener la integridad el monumento y su autenticidad es trascendente, porque, concluidos los trabajos, tenemos un testimonio de la producción arquitectónica de la ciudad de Ayacucho.

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