Complejo arqueológico de Cutimbo
Antiguo cementerio con chullpas prehispánicas de forma circular (con cierta semejanza a los torreones europeos), erigidas en la cima de una montaña del distrito de Pichacani, a 15 kilómetros del centro de Puno.
Erigidas con grandes bloques de piedra entre los años 1100 y 1450 de nuestra era, las chullpas de Cutimbo habrían sido el lugar de descanso de las elites lupacas y collas (grupos aimaras), aunque también existen algunos vestigios incásicos.
Al igual que en Sillustani, el tamaño y la calidad del acabado de la chullpa, refleja la trascendencia del personaje sepultado en ella. En Cutimbo, por ejemplo, algunos de estos monumentos funerarios presenten vistosos altorrelieves zoomorfos (pumas y culebras).
Muy cerca de los “mausoleos aimaras” se encuentra una caverna con pinturas rupestres; herencia de los primeros habitantes del altiplano. Su antigüedad sería de 8 mil años.
Cutimbo está localizado a la altura del kilómetro 17 de la carretera Puno-Moquegua.
Erigidas con grandes bloques de piedra entre los años 1100 y 1450 de nuestra era, las chullpas de Cutimbo habrían sido el lugar de descanso de las elites lupacas y collas (grupos aimaras), aunque también existen algunos vestigios incásicos.
Al igual que en Sillustani, el tamaño y la calidad del acabado de la chullpa, refleja la trascendencia del personaje sepultado en ella. En Cutimbo, por ejemplo, algunos de estos monumentos funerarios presenten vistosos altorrelieves zoomorfos (pumas y culebras).
Muy cerca de los “mausoleos aimaras” se encuentra una caverna con pinturas rupestres; herencia de los primeros habitantes del altiplano. Su antigüedad sería de 8 mil años.
Cutimbo está localizado a la altura del kilómetro 17 de la carretera Puno-Moquegua.
A veinte minutos del sur de Puno se halla uno de los restos arqueológicos más importantes de la Nación Aymará, nos referimos a Cutimbo, aquel complejo prehispánico de monumentales chullpas o tumbas, que a la distancia se imponen como hitos inmortales dominando la semblanza del paisaje. Arribar a Cutimbo es subir hasta más de 4500 metros de altitud.
Es una cuesta difícil pero que asombra, porque su camino de ascenso nos conduce a un conjunto de pinturas murales de color naranja de 8000 años de antigüedad, así como a restos de entierros en cuevas que dan vista al abismo. El investigador italiano y estudioso de la cultura peruana Giorgio Rietti encabeza esta expedición y comprueba que aún falta mucho por investigar en esta zona, ya que junto con su equipo descubre restos óseos de antigua data que pertenecieron a diversas momias, esto comprueba que junto a la tumba principal existieron otras de gente de menor rango custodiándola, y enfatiza la hipótesis de niveles sociales diferenciados en la antigua sociedad Aymará.
Sin embargo, lo mejor está por verse. Subiendo a la cima el espectáculo es impresionante, una serie de estructuras de gran belleza y factura arquitectónica se asoman a nuestros ojos. Dos hermosas chullpas mucho mejor conservadas que las del complejo de Sillustani, aparecen majestuosas, éstas sirvieron de templo y mausoleo al mismo tiempo. Estos ambientes funerarios presentan un acabado pulcro en su exterior y por sus características formales se desprende que fueron construidas durante la dominación Inka, en el tiempo del Inka Pachacutec, puesto que presentan el mismo estilo Inka Imperial de las construcciones de ese tipo. Además los estudios arqueológicos efectuados han señalado que las chullpas fueron una forma de arquitectura funeraria local, que subsistió con mejoras técnicas durante la ocupación Inka.
En esta zona, las chullpas se construyeron y concentraron preferentemente en lugares que sobresalen en el espacio geográfico como mesetas, colinas, montículos. Buscaban perennizar el poder de sus gobernantes aun después de la muerte. Así los dirigentes de la sociedad, realizaron este tipo de arquitectura en el paisaje natural como muestra de un dominio de la realidad social y de un manejo racional de su espacio sagrado. No es gratuito que se escojan las mesetas para su construcción pues muchas de ellas fueron y continúan siendo reconocidas como deidades protectoras o Apus.
Las chullpas de Cutimbo tienen un pequeño acceso o puerta hacia el interior de la cámara funeraria orientado casi siempre hacia al este. La primera de las chullpas que llama la atención a Giorgio Rietti es la que posee planta circular y una mampostería externa tipo almohadillado la cual en su exterior se halla decorado con diseños zoomorfos en alto relieve. El estudioso italiano reconoce en ellos la figura de un roedor local conocido como vizcacha, también la figura de un felino –que añade sería un puma-, así como un par de felinos vistos de frente y figuras de serpientes Sin embargo, la chullpa de mayor relevancia en Cutimbo, tanto para la autora de este artículo como para Rietti es la que presenta planta rectangular y las que presenta mayores dimensiones en el conjunto funerario. A esta chullpa se la bautizó como “Mayor” para diferenciarla del resto. Consideramos que se trata hasta el momento de una de las más importantes construcciones funerarias del altiplano que circundan al Lago Titicaca.
En esta chullpa la autora pudo constatar la presencia de relieves que representan figuras de serpientes, uno de las deidades más antiguas del tiempo prehispánico. El interior de la cámara funeraria pudimos constatar la presencia de hornacinas trapezoidales, inscritas en las paredes internas norte y sur las cuales servirían para la colocación de las momias. En la pared interior oeste se ubicaron tres pequeños nichos trapezoidales, para la colocación de ofrendas e ídolos tal como era la costumbre en aquel período. Delante de la chullpa Mayor el equipo de la expedición comprobó la presencia de otras tumbas de forma circular de piedras pequeñas selladas con una laja, lo que deja claro la contemporaneidad de ambos tipos de enterramiento para diferente status social , así como la existencia de un uso racional del espacio funerario.
La edificación de estas monumentales chullpas fue posible gracias al ingenio del hombre andino, puesto que se colocaron rampas inclinadas en base a piedras pequeñas, a través de las cuales fueron subidas y colocadas las enormes piedras de éstas construcciones funerarias. Pero el trabajo se detuvo en algún momento posiblemente a la llegada de los españoles a estas tierras, debido a que la chullpas se hayan inconclusas en su parte posterior.
Hacia el lado sur-oeste de la chullpa Mayor el equipo de la expedición halló una piedra con el relieve de un felino de extremidades inferiores sobredimensionadas, una verdadera joya expresionista del arte andino. Alrededor de Cutimbo existen una serie de tumbas de menor jerarquía, se hallan ubicadas en mesetas aledañas y sobre lugares poco accesibles; sin embargo, ninguna posee la delicadeza arquitectónica y los detalles en relieves de las de Cutimbo.
Al retornar hacia la ciudad de Puno, Giorgio Rietti y el resto de la expedición no pueden olvidar el espectacular complejo prehispánico que llena de orgullo al pueblo Lupaca, que ha vencido al tiempo y a los hombres para orgullo del arte y la historia andina. Aún hay mucho por investigar.