lunes, 20 de septiembre de 2010

ANACU - UNKU - TRAJES TIPICOS DE PERU

En las zonas rurales del Perú, el traje es un importante distintivo, fruto del sincretismo de los elementos prehispánicos con la ropa europea que fue necesario llevar durante el periodo colonial.
El tradicional anacu inca fue transformado por las mujeres en las conocidas polleras. Según la región, una falda negra es acompañada de una faja de colores diversos, adornada con flores en la sierra de Piura o la lliclla de lana de colores en Chiclayo. 

SIERRA DE LIMA

En la sierra de Lima, la falda lleva una cenefa en rojo y negro y, en Junín, al igual que en Cajamarca y en el Cusco, las faldas ya no son negras. Las mujeres dejan asomar bajo su falda varias polleras de algodón bordadas, hasta con hilos de oro y plata, con hermosos dibujos en el borde. El poncho data del siglo XVII y, al parecer, es una variante del traje masculino, el unku. 

TRAJES DEL CUSCO


 
TRAJES DE LA SELVA
En la selva, tanto hombres como mujeres de ciertos grupos étnicos, visten una cushma, una túnica amplia cosida a los costados, adornada con tintes y figuras geométricas de la región. Los trajes suelen ir acompañados por sombreros de lana o paja, algunos de colores. Pero en las zonas de mayor frío en el ande, se suele utilizar el chullo, un gorro tejido de lana que cubre las orejas y que está decorado con motivos geométricos.

TRAJES DE HUANUCO
El traje tipico original del campesino en el Callejon de Huaylas, se fue perdiendo durante el virreinato con la influencia cultural mas fuerte, impuesta por el conquistador. 
La tunica y el manto caracteristicos de hombres y mujeres, (el hombre usaba la tunica hasta la rodilla y la mujer mas larga).
Fue con la influencia colonial que tanto el hombre como la mujer fueron adaptandose a las costumbres occidentales, adoptando la moda cambiante que venia de Espana.
Hasta las primeras decadas del presente siglo subsistio esa forma de vestido, sin que haya quedado en la cultura andina memoria alguna de su original vestimenta. 
 
Fue asi que el hombre vestia un pantalon de bayeta siempre negra, generalmente con un doblez en la parte baja. En algunas comunidades como en la de Vicos-Carhuaz adornada en la parte baja externa , con una abertura con botones , por donde se notaba el calzoncillo de bayeta blanca, a la usanza andaluza. Camisa sin cuello, chaleco, casaquilla entallada, una faja que le daba varias vueltas a la cintura. Subsistio el poncho como prenda de abrigo que le servia igualmente como manta para dormir. 
La mujer cambio radicalmente su vestimenta, se cino fuertemente la cintura y cambio la saya por multiples polleras de bayeta de distintos colores, imitando los corses y amplias faldas medievales. La blusa se lleno de encajes y pecheras bordadas. 
 
El sombrero era de lana prensada y de extrema dureza, una confeccion propia y originaria del arte popular, que lamentablemente se esta perdiendo.
Como prenda de abrigo aparte del panolon que era una manta tejida con flecos, usaban la lliklla, esta prenda, pequena  de unos sesenta centimetros por lado, le servia para abrigarse los hombros y la espalda, en algunas ocasiones se la ponian en el sombrero para cubrirse del sol. 
 
La mujer usaba sus prendas profusamente bordadas y de colores fuertes.
Esta vestimenta comenzo a desaparecer en las nuevas generaciones, en las decadas de los cincuenta y sesenta, los jovenes se fueron cambiando al traje occidental actual. Una de las causas de este cambio fue el uniforme escolar en los colegios del pais que obligo a los jovenes de todas las clases sociales al uso de una prenda unica. 

 
Sin embargo como valioso aporte a la tradicion y a la cultura, subsiste el traje tipico colonial en colecciones muy valiosas, entre ellas la del folclorista de Caraz, Jose Malca Landaveri.
TRAJES DE LA COSTA

Los bailes regionales requieren de trajes distintivos. En la costa, para bailar marinera el algodón de la falda fue reemplazado por la seda. En el ande, los danzantes de tijeras adornan su hermoso traje con espejos y bordan a su dios protector en la espalda. Los ponchos fueron utilizados por los latifundistas y están hechos de algodón o de lana de vicuña.
TRAJES DE PUNO

Es así que el anacu o como lo llamaban los españoles, el capuz, una amplia y larga túnica de color negro, hecha de algodón o lana, según se lleve en la costa o en la sierra, se va trasformando poco a poco en las diversas polleras de las distintas localidades. Primero se le agregó una foja de colores diversos que apretaba vistosamente la cintura. Luego se empezó a llevar debajo blusas blancas o de colores, bordadas en mangas y cuellos, que sobresalían del traje. Mas tarde se retiro la parte del anacu y se mantuvo simplemente la falda negra.
La investigadora Luisa Castañeda, quien ha dedicado parte de su vida a viajar por el Perú y recoger la distintas variantes de los trajes regionales, sostiene que el anacu está a punto de desaparecer, aunque algunos mujeres todavía lo llevan. Es el caso de las chinas de Huancabamba, en la sierra de Piura, que visten este traje ceñido a la cintura por una faja o cushmas, de color blanco y adornado con flores, y a la espalda llevan un paño o chal de lana llamado rebozo, que sirve para formar el quipe donde llevan usualmente a sus hijos pequeños.


Las mujeres de Cañaris,
en la provincia de Ferreñafe, también usan faldón negro, aunque acompañado de la tradicional lliclla de lana de colores. También lo hacen las chinas mochanas o las del valle de Virú, quienes generalmente sólo lo acompañan de blusas blancas bordadas también en blanco. Estos trajes, pero estilizados y hechos de seda pesada, son usados por los concursantes de los festivales del baile de marinera.
Dicen que el color negro del anacu se debe "al luto que guardan las mujeres por sus antepasados incas", aunque algunos cronistas sostienen que este color era usado comúnmente antes de la conquista. Este todo caso, por más que intentaron desterrar estas costumbres, españoles primero y los propios criollos después, las mujeres permanecieron tercamente aferradas en su tradición.
En la provincia de Yauyos, en la sierra de Lima, el anacu lleva una cenefa tramada en rojo y negro por todo el vuelo, a la cintura va ajustada por una faja ancha llamada marate. Sobre los hombros llevan una manta de lana tejida también en rojo y negro, la wak´a, que sostienen con grandes alfileres de plata (tupus).
En Junín, en el Valle del Mantaro, lleva otro muy similar con la diferencia que las campesinas levantan el vuelo de la falda anudándolo en la cintura. Por debajo asoma un fustán de algodón al que llaman cotón y que se usa sólo desde la conquista (los curas obligaban a las mujeres a llevarlo para no mostrar sus pecaminosas piernas).

Yungay (Ancash)

Los modelos de los trajes típicos de los pueblos del callejón de Huaylas son bastante diversos. El que se aprecia en la ilustración corresponde a las damas residentes en la hermosa ciudad de Yungay. En el puede notarse el colorido de la confección: falda de Bayeta, tela de lana suelta y poca tupida pegada a la cintura, y sobre la blusa una o dos mantas de lana para protegerse del frió de la zona.

De un Túpac Amaru a otro, el hombre sencillo no dejo de usar el unku popular, es decir, la misma camisa pero en tejido más burdo y la mujer, el sencillo y negro anacu.




Es sólo después de la rebelión de Túpac Amaru II que las autoridades españolas prohibieron estos trajes en todo el territorio de virreinato y entre todas las clases sociales. Sin embargo, los indios siguieron usando sus antiguos trajes como una forma de resistencia denominada por algunos como "las tretas del débil": debajo de las usuales prendas españolas las mujeres siguieron llevando el anacu o lo fueron transformando, sabia y dulcemente, en distinto trajes que aún se lleva hasta hoy.


Es así que el anacu o como lo llamaban los españoles, el capuz, una amplia y larga túnica de color negro, hecha de algodón o lana, según se lleve en la costa o en la sierra, se va trasformando poco a poco en las diversas polleras de las distintas localidades. Primero se le agregó una foja de colores diversos que apretaba vistosamente la cintura. Luego se empezó a llevar debajo blusas blancas o de colores, bordadas en mangas y cuellos, que sobresalían del traje. Mas tarde se retiro la parte del anacu y se mantuvo simplemente la falda negra.

 
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