ASENTAMIENTO CHIVATEROS O RÍO CHILLÓN
1º taller lítico más grande América.-El asentamiento Chivateros es un yacimiento arqueológico descubierto por Edward Lanning entre 1962 y 1963 en la desembocadura del río Chillón, Lima.
-Los habitantes del Río Chillón fueron los primeros en habitar la costa peruana en el Periodo Precerámico (8500- 7500 a.C. ) -vivieron en los inicios del Periodo Holoceno caracterizado por el retroceso de los hielos.
-Se encontró instrumental lítico sin terminar, trabajado con la técnica de percusión, además de lascas grandes de piedra y otro material descartado. En las laderas del cerro Chivateros abundan las canteras de piedra metavolcánica y metadolita, las fueron usada para confeccionar las piezas.
La zona ha sido dividida en fases según el tipo de artefacto encontrado: Complejo zona Roja, Oquendo, Chivateros I y Chivateros II. En general las armas son toscas.
Probablemente pertenecía a los primeros grupos humanos que llegaron al territorio peruano, ellos eran cazadores nómades que provenían del norte del continente americano a inicios del Periodo Holoceno el cual estuvo caracterizado por el retroceso de los hielos, la extinción de la megafauna y la abundancia de camélidos, zorros y venados veloces que abundaban en las lomas de Carabayllo.
El hombre de Chivateros era un errante cazador, pescador y recolector de frutos.
QUIEN ERA EL HOMBRE DE CHIVATEROS
El hombre de Chivateros comenzó a utilizar la piedra, la madera, el barro y todo lo que encontró en la naturaleza para sobrevivir. Se dedicaba a la caza en las lomas de Carabayllo y Ancón donde había gran cantidad de zorros, venados, llamas y guanacos, del mar y del río extraían peces y mariscos, cazando además lobos marinos, conseguían también insectos, semillas y plantas comestibles. Siempre estaban formando grupos por que así les era más fácil la caza para obtener alimento y abrigo.
Sus migraciones eran constantes, guiadas por la búsqueda del alimento, no vivían en un lugar fijo, iban de aquí para allá buscando lo necesario para sobrevivir, por los cambios del clima en las diferentes estaciones, no siempre había alimento en el mismo lugar. Por ello Chivateros no fue el hábitat permanente de ningún grupo humano sino una especie de centro de trabajo, y que esas gentes pertenecían al grupo Lauricocha nómada.
Se establecían en Chivateros por períodos cortos de tiempo con el fin de utilizar la cuarcita que abunda en esos lugares en muy diversos colores para la fabricación de sus herramientas y armas. Se cree que su entorno fue cambiando con el paso del tiempo, desde un período lluvioso durante la fase denominada Zona Roja hasta un período seco en los inicios de la fase Chivateros I.
EL YACIMIENTO ARQUEOLOGICO
La desembocadura del río Chillón es rica en restos arqueológicos, entre ellos el material lítico dejado por los hombres que establecieron sus talleres líticos alrededor del cerro Chivateros.Chivateros es considerado un taller lítico al aire libre, uno de los mas grandes yacimientos de su tipo, este se encuentra en las cercanías de la desembocadura del río Chillón, en una cantera de cuarcita, en el que se han hallado mas de 100,000 artefactos, utensilios líticos de diferentes formas y calidades, además de abundante material pétreo descartado.
Según los estudios realizados, en el lugar solo se preparaban las "pre-formas" que se perfeccionaban o terminaban en otras áreas. Los utensilios líticos eran trabajados con la técnica de percusión. Al principio se elaboraban principalmente, raspadores unifaciales (un solo lado) muy útiles para trabajar la madera; en las últimas fases se elaboraban puntas de lanza bifaciales (dos lados) alargadas en forma de hojas. Por estos vestigios sabemos que en ese lugar funcionó un "taller lítico".
Ubicación del Cerro Chivateros, el estilo Chivateros ha sido constatado a lo largo de caso toda la costa de Lima y formaría parte de la tradición Paijan cuyo centro se ubica en Ancash.
DESCUBRIMIENTO DE CHIVATEROS
Proforma Chivateros
Fue descubierto en el año 1961 por el arqueólogo norteamericano Edward Lanning guiándose por datos suministrados por Thomas C. Patterson que había explorado las desembocaduras del río Chillón.
Proforma Chivateros
Lanning exploró los cerros Chivateros y Cucaracha, en donde encontró una gran cantidad de instrumentos de piedra, idénticos a los que corresponden en Europa al Paleolítico Inferior y también a los hallazgos de Jabo en Venezuela.
Tras recorrer durante seis meses los médanos de Pasamayo, Lanning logró reunir 1,200 piezas de origen Paleolítico, siendo el más antiguo el hallado en Piedras Gordas, al cual se le daba 10.000 años de antigüedad, aún cuando la prueba del carbono-14 sólo le dio 7.300 años.
Preforma Chivateros
En el sitio denominado la Luz, se encontró no solamente material lítico, sino también sitios destinados a habitación, siendo estimadas por Lanning casi contemporáneas con Lauricocha osea 9.565 años. Otros lugares explorados fueron Arenal, Encanto A, Canario y Encanto B. En 1962 y 1963, Edward Lanning anunció el descubrimiento de estos restos muy antiguos en la costa peruana.
En Chivateros han sido encontrados los artefactos que trabajó, mas no han sido hallados restos de sus habitaciones ni tampoco restos humanos.
SU ANTIGUEDAD
Los talleres líticos eran de caracter temporal, no se han encontrado vestigios de viviendas permanentes en los lugares investigados.
Los restos más antiguos de este yacimiento tendrían una antigüedad de 10,000 años a.d.c. y los más recientes unos 7000 a.d.c. Basado en hallazgos similares en Europa y Venezuela Lanning calculó la antigüedad del hombre de Chivateros entre 12.000 y 14.000 años, pero al someterlos al fechado radiocarbonico, dieron tiempos más recientes. Sin embargo se explico que muchos restos de gran antigüedad pueden dar fechas más tempranas cuando reciben sobrecargas radioactivas.
El historiador y arqueólogo peruano Luis Guillermo Lumbreras, supone que la zona desértica de Ancón, debió ser en la antigüedad un bosque y que el hombre de Chivateros tenia una antigüedad de unos 8,000 a.d.c. Por otra parte el arqueólogo Geoffrey Bushnell le da también una antigüedad de 10.000 años.
FASES DE CHIVATEROS
El complejo Chivateros ha sido dividido en cuatro fases:
Preformas Chivateros
- Zona roja
- Oquendo
- Chivateros I
- Chivateros II
- Chivateros III
SUS TECNICAS DE TRABAJO
Habitaciones típicas
Utilizaron las técnicas de "percusión" y "presión".
La técnica de percusión consistía en golpear fuertemente el núcleo de una piedra, saltando en el lado opuesto al golpe un fragmento llamado "lasca", el cual por presentar bordes cortantes era usado como rudimentario cuchillo de mano.
Casas típicas
La técnica de la "presión" consistía en presionar fuertemente los bordes de una lasca empleando punzones de hueso o una piedra de mayor dureza. Como consecuencia de la presión ejercida, saltaban pequeñas astilladuras que le daban nueva forma a este fragmento. Con esta técnica eran fabricados las puntas de proyectil, los raspadores y los cuchillos de mano. Sus herramientas eran grandes y toscas.
La técnica de la "presión" consistía en presionar fuertemente los bordes de una lasca empleando punzones de hueso o una piedra de mayor dureza. Como consecuencia de la presión ejercida, saltaban pequeñas astilladuras que le daban nueva forma a este fragmento. Con esta técnica eran fabricados las puntas de proyectil, los raspadores y los cuchillos de mano. Sus herramientas eran grandes y toscas.
Industria Lítica de Chivateros
Al mismo tiempo que los antiguos pobladores de la Comarca de Lima labraban sus armas y herramientas en el valle del Chillón se desarrollaba a lo largo de toda la costa una intensa actividad de las bandas trashumantes que se dedicaban a la caza y a la recolección de frutos silvestres.
De ellos han quedado varios testimonios en los conjuntos superficiales que se encuentran en Amotape Piura (9,500 a 7,500 a.c.), Paiján y Pampa de los Fósiles, La Libertad (9,000 - 8,000 a.c.) y en Toquepala, Moquegua (7,617-7,527 a.c.) Asimismo, en la sierra hay abundantes vestigios de la presencia de los nómadas de la época, en las cuevas y reparos de Panalauca, Corimachay y Pachamachay, en el departamento de Junín (10,000 - 9,500 a.C) y muy especialmente en la cueva de Lauricocha situada en Huánuco (7,566 a.c.), donde A. Cardich (1948) encontró los más antiguos restos humanos de la pre-historia peruana.
Anteriores a estos restos arqueológicos hay pocos yacimientos que ofrezcan vestigios confiables de una mayor antigüedad del hombre en el Perú, pues casi todos son complejos superficiales que, por su naturaleza, fácilmente inducen a errores apreciables en el fechado.
Sin embargo, se tiene la convicción de que los primeros cazadores nómades llegaron a nuestro país hace aproximadamente 20,000 años, procedentes del norte del continente, habiéndose registrado su paso por Nicaragua 22,000 a.c.
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PIKIMACHAY
Los hallazgos arqueológicos de Pikimachay y Jayhuamachay en Ayacucho, de Huargo en Huánuco y de Guitarrero en el Callejón de Huaylas, aún cuando el fechado que se le asigna ha sido controvertido, parecen probar que la presencia del hombre en el Perú es muy temprana (18,000 a.c.) y que en cualquier momento se podrá acreditarla fehacientemente, tanto en la sierra coma en la costa.
PIKIMACHAI
En todo caso, es seguro que los nómades pleistocénicos, que llegaron al Perú persiguiendo a la gigantesca fauna del período, eran portadores de una tecnología avanzada en la elaboración de instrumentos líticos, se agrupaban en pequeñas bandas de 20 a 25 personas y recorrían vastos territorios, albergándose temporalmente en reparos y cuevas en las alturas serranas y en rústicos campamentos en las sabanas costeñas.
El nomadismo puro de los primitivos cazadores, es decir el viajar permanentemente siguiendo las huellas de la casa mayor o buscando un clima más benigno que permitiera mejores condiciones de vida y una más cuantiosa recolección de frutos silvestres, pronto devino en un nomadismo regional (10,000 a.c.), cíclico y periódico, en el que los cazadores-recolectores se movían aprovechando los beneficios que ofrecían los cambios de estación, la existencia de microclimas y la presencia de pisos y nichos ecológicos. Así, los movimientos migratorios eran tanto horizontales como verticales, de desplazamiento longitudinal y de ascensión transversal a través de la geografía peruana.
La migración de las bandas se circunscribía a ciertos territorios en los que su presencia se daba de acuerdo a los imperativos del clima y a su consecuente impacto en los recursos naturales de la región. Así, las bandas que tenían la costa como su hábitat principal, además de recorrer el litoral y explotar los abundantes recursos que ofrecían las lomas costeras, hacían incursiones en la sierra occidental cuando, en el seco verano costeño, las húmedas altiplanicies serranas ofrecían suculentos pastizales a la fauna de la época.
La migración de las bandas se circunscribía a ciertos territorios en los que su presencia se daba de acuerdo a los imperativos del clima y a su consecuente impacto en los recursos naturales de la región. Así, las bandas que tenían la costa como su hábitat principal, además de recorrer el litoral y explotar los abundantes recursos que ofrecían las lomas costeras, hacían incursiones en la sierra occidental cuando, en el seco verano costeño, las húmedas altiplanicies serranas ofrecían suculentos pastizales a la fauna de la época.
Asimismo, los nómades que tenían su base de asentamiento en la sierra, cuyos valles recorrían y explotaban de acuerdo a una tácita división territorial, al llegar el seco invierno serrano emigraban hacia las más húmedas punas y jalcas cordilleranas o descendían hacia la costa para aprovechar la feraz vegetación que anualmente se producía en las lomas como consecuencia de la condensación de las neblinas lluviosas y húmedas brumas del invierno costeño.
Abrigos y reparos tempranos de la costa
CUEVA DE LAURICOCHA
Dibujos primitivos
Como ya se ha anotado, hasta ahora son pocos los restos encontrados en la costa del cazador-recolector que la habitó entre los 10,000 y 7,000 años a.c., pero afortunadamente tenemos una buena información acerca de su contemporánea de la sierra.
Las características antropológicas del hombre que se refugió en las cuevas serranas de Lauricocha (7,566 a.c.) no debieron ser muy distintas de las que poseían los pobladores de la Costa, habida cuenta que tenían un tronco común, que su fijación en dicho medio no databa de hacía muchos años y que su economía dependía de la explotación de recursos similares o parecidos.
Las características antropológicas del hombre que se refugió en las cuevas serranas de Lauricocha (7,566 a.c.) no debieron ser muy distintas de las que poseían los pobladores de la Costa, habida cuenta que tenían un tronco común, que su fijación en dicho medio no databa de hacía muchos años y que su economía dependía de la explotación de recursos similares o parecidos.
Asimismo, sus costumbres no debían diferenciarse demasiado, pues a las razones ya expuestas habría que agregar las derivadas de un frecuente contacto, coma resultado de los anuales movimientos migratorios a los que hemos hecho referencia.
Por lo expuesto, creo posible hacerse una idea acerca del aspecto y costumbres del cazador-recolector costeño en función de los datos que conocemos del hombre de Lauricocha.
Según el ingeniero Augusto Cardich los cavernícolas de Lauricocha y de la sierra central en general, "eran de cabeza alargada y alta, es decir calico-hipsicráneos, con una cara medianamente ancha y una estatura de alrededor de los 1.62 m." (1981), y que se agrupan en pequeñas y medianas bandas que elegían un jefe que las guiara cuando las circunstancias lo exigían, escogiendo al más apto para cumplir con la tarea que la banda tenia que enfrentar cazadores de megaterios, milodontes, mastodontes y paleolamas
durante el Pleistoceno, a fines de este y comienzos del Holocene, al extinguirse la megafauna los cavernícolas serranos se convirtieron en expertos y pertinaces cazadores de todo tipo de cérvidos y camélidos y, ocasionalmente, de aves y animales menores, dada la abundancia de la caza mayor.
Según el ingeniero Augusto Cardich los cavernícolas de Lauricocha y de la sierra central en general, "eran de cabeza alargada y alta, es decir calico-hipsicráneos, con una cara medianamente ancha y una estatura de alrededor de los 1.62 m." (1981), y que se agrupan en pequeñas y medianas bandas que elegían un jefe que las guiara cuando las circunstancias lo exigían, escogiendo al más apto para cumplir con la tarea que la banda tenia que enfrentar cazadores de megaterios, milodontes, mastodontes y paleolamas
durante el Pleistoceno, a fines de este y comienzos del Holocene, al extinguirse la megafauna los cavernícolas serranos se convirtieron en expertos y pertinaces cazadores de todo tipo de cérvidos y camélidos y, ocasionalmente, de aves y animales menores, dada la abundancia de la caza mayor.
Cocinaban al fuego sus alimentos, asándolos o enterrándolos con piedras precalentadas, en versión prehistórica de la popular pachamanca; guardaban los líquidos en odres o mates de lagenarias y los calentaban sumergiendo en los recipientes piedras calientes y se vestían con pieles de animales y prendas confeccionadas con fibras y tallos de plantas lacustres, tejidos mediante el entrelazado o anillado que usaban para confeccionar esteras y redes.
Megafauna
Los instrumentos y herramientas eran principalmente pétreos, trabajados mediante percusión, presión y abrasión, y tenían como máxima expresión las hermosas y grandes puntas foliáceas de doble cara que caracterizan a todas las culturas de la época. La vivienda consistía, fundamentalmente, en reparos, refugios y cavernas naturales, que completaban, acondicionaban y defendían mediante la construcción de rústicos accesos, muros divisorios y perforaciones ventilatorias.
Hallazgos en Lauricocha
Dichos alojamientos, que ocupaban la mayor parte del tiempo, se alternaban, durante sus incursiones a la costa, con los campamentos levantados en las lomas o playas, basándose en tiendas rudimentarias forradas con pieles o albergues construidos con livianos troncos, cañas y esteras. Los hallazgos hechos en Paracas, Pucusana y Lurín de viviendas de principios del Holoceno, muestran que, tal como lo hemos afirmado, los caracteres somáticos y costumbres de los hombres de la costa y de la sierra diferían sólo en aquellos aspectos que el imperativo del medio hacia obligatorias.
En definitiva, parece aceptable que tomemos la imagen del hombre de Lauricocha para formarnos una idea del poblador de la costa central de fines del Pleistoceno.