sábado, 9 de octubre de 2010

LAGUNA SULLUSCOCHA


A media hora de la ciudad de Cajamarca hay un caserío donde se desarrolla una forma de turismo no convencional enfocado en la reciprocidad entre los visitantes y una familia local

Los Huamán Sánchez son una familia que vive desde hace treinta años en Laguna Sulluscocha, uno de los 36 caseríos del distrito de Namora, 18 kilómetros al este de la ciudad de Cajamarca. Su casa se encuentra en plena campiña cajamarquina, un lugar que está libre de los ruidos y de las modernidades propias de la ciudad -aún no ha llegado la luz eléctrica- y en el que se respira naturaleza por los cuatro puntos cardinales.

La vida de los Huamán Sánchez en Sulluscocha es bastante tranquila. Hace ocho años decidieron compartir esa tranquilidad con visitantes nacionales y extranjeros, a quienes reciben en su hogar motivados por un proyecto de turismo vivencial o rural. Con ellos comparten sus costumbres y actividades diarias, como las labores agrícolas y ganaderas, así como sus vivencias. 


Don Enrique, cabeza de la familia y principal encargado de guiar a sus invitados en las múltiples actividades que realizan, disfruta mucho de la experiencia, sobre todo porque es recíproca. “Es bueno enseñarle a las personas que nos visitan lo que hacemos, pero también es gratificante conocer las costumbres de ellos”, cuenta.

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En Sulluscocha la jornada es larga y variada. Si uno se levanta con el cantar de los gallos puede acompañar a los Huamán Sánchez a ordeñar las vacas, arrear los toros o extraer las papas u otros productos que han cosechado durante la temporada, y que servirán para la preparación de los alimentos del día. A media mañana podemos realizar una corta caminata a la vecina laguna de San Nicolás para pasear en bote, pescar pejerreyes, o visitar las ruinas de Kollor, muy cercanas a Sulluscocha. 




Pero también se puede ir al centro del distrito de Namora, donde los artesanos son muy conocidos por la fabricación de guitarras, o a Los Sapitos, una zona geolítica en la que hay varias formaciones rocosas que se asemejan al anfibio.
La casa de los Huamán Sánchez queda frente a la laguna Sulluscocha por lo que, además de experimentado agricultor, don Enrique es un curtido pescador. Cada tarde le pide a sus visitantes que lo acompañen a atrapar carpas, unos peces que llegan a pesar hasta 3 kilos. Si no hay suerte con la pesca, los invitados pueden aprender cómo se cocina el pan en el horno de barro de la familia.



NOCHE MÍSTICA
Tras la extensa faena, y luego de compartir con la familia sus típicos potajes -como queso, papas sancochadas o una reparadora sopa-, nos espera una fogata nocturna en la que se cuentan los mitos y leyendas de la zona. Luego, esta vez linterna en mano, se parte rumbo a un monte aledaño a la casa de los Huamán Sánchez para realizar en la cima un ritual en el que se hace un pago a la tierra. 
 
En el monte también hay un mirador desde donde se observa descansar la ciudad de Cajamarca. Uno la ve a lo lejos, protegida por varios cerros, pero encendida por una gran luz amarilla. Estando allí, a kilómetros de la modernidad, uno prefiere quedarse en la oscuridad, disfrutando del silencio, conviviendo con la tranquilidad de la campiña.

Allá vamos
Cómo llegar: Laguna Sulluscocha está a 30 minutos en auto del centro de Cajamarca, por un camino asfaltado. La agencia Vivencial Tours ofrece paquetes con distintas tarifas. Para contactarse con ellos pueden ingresar a www.vivencialtours.com.
Espacio: En la casa hay dos habitaciones con ocho camas en total, pero también se puede hacer camping frente a la vivienda. Cuenta con los servicios básicos y agua potable. No hay luz eléctrica.
Altitud y clima: El caserío está ubicado a 3.000 metros sobre el nivel del mar. El clima es seco y la temperatura es cálida de día y fría de noche.


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