domingo, 22 de agosto de 2010

LOS PARACAS HOMBRES DE MAR

Hermann Buse de la Guerra en la Historia Marítima del Perú: Epoca prehistórica, nos habla de este pueblo de los Paracas. Nos dice que la región tiene una rica historia que se remonta a la época preinca, 500 años a.C., cuando floreció esta cultura. En la época preinca su ubicación fue entre los ríos Ica y Pisco, departamento de Ica.

El hombre de Paracas se sustentaba básicamente de la agricultura y en un segundo lugar de la pesca, testimonio de ello son los alimentos encontrados en los fardos funerarios.
La zona de Paracas es bastante árida con suelos improductivos. Por esta razón no fue habitada; los cuerpos encontrados en el Cerro Colorado nos hacen saber que este lugar era usado como cementerio.
La cultura Paracas fue descubierta por el arqueólogo peruano Julio C. Tello el año 1925. Halló el cementerio en la península de Paracas en el Cerro Colorado al sur de Pisco. Encontró 429 fardos funerarios que contenían importantes personajes momificados, envueltos en finos mantos y rodeados de ceramios, instrumentos de caza, pieles de animales y alimentos.
Los finos mantos eran en muchos casos calendarios, en los que se mostraba cómo estaban definidos los ciclos biológicos de la flora y fauna, así como los oficios y costumbres de esta sociedad.
Julio C. Tello, distinguió dos épocas bien definidas. La primera “Paracas Cavernas” que enterraban a sus muertos dentro de tumbas en forma de copa invertida o caverna. La segunda “Paracas Necrópolis”, los enterraban en cementerios más sofisticados.
Según las evidencias, los Paracas fueron grandes guerreros; prueba de ello son los restos fortificados de Tajahuana con 4 líneas de defensa y el hecho de que escogieran las laderas para ubicar su población mostraba una actitud defensiva. Probablemente sostuvieron guerras con las culturas próximas a Chincha y Cañete. En sus textiles se puede observar dibujos de jefes guerreros con su vestimenta, báculo, cuchillo y soga, donde colgaban varias cabezas como trofeo
Los Paracas destacaron por la riqueza de sus telares y sus coloridos mantos. Las mujeres vestían con miniponcho, unku, que era una variedad de mantas rectangulares dobladas por la mitad y cosidas por los costados menos por donde pasan los brazos, y una falda pequeña. El llauto, faja decorada, cubría y envolvía cuidadosamente el cabello a manera de turbante, la ñañaza tela doblada sujeta a la cabeza que caía hacia la nuca y un hermoso manto que caía sobre las espaldas hasta las pantorrillas.
Los hombres utilizaban taparrabos o waras y faldellín, confeccionados en algodón y lana de auquénidos. Su calzado, sandalias de fibra vegetal combinada con lana y cuero de animal.
Las vestimentas más elaboradas pertenecían a las clases sociales de mayor jerarquía
Además de su rico pasado arqueológico, Paracas tiene especial significación en la gesta emancipadora. Las tropas de la Expedición Libertadora al mando de don José de San Martín desembarcaron en su bahía el 8 de setiembre de 1820 y ocuparon Pisco. Durante su permanencia, San Martín, inspirado en el vuelo de los flamencos o parihuanas en Paracas, por sus colores rojo, blanco, rojo creó la bandera nacional del Perú.
Actualmente, Paracas tiene una gran importancia turística.

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